EL TERRITORIO ES EL AQUÍ Y AHORA.
Pero en algún recodo de tu encierro
Puede haber una luz, una hendidura.
El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas está Dios, que acecha.
Jorge Luis Borges

Comunicar es escuchar. SIEMPRE escuchar está primero.

Todo puede ser incorporado, aún lo que aparentemente nos ocasione molestias; el frío, el calor, la simpatía por la actriz que tenemos delante ó su mal aliento.
Como los mecanismos de producción de una escena en el cine son sustancialmente distintos a los del teatro. Puede que a la mañana hayamos hecho el “plano master” y los planos del partenaire, luego viene el momento de la comida y queda hacer los planos nuestros. Es entonces cuando podemos darnos cuenta de que nuestro partenaire es un capullo; y que no se involucra como nosotros lo hicimos cuando hacíamos sus planos. Y entonces nos enfadamos con él, con el mundo y con el director que no le dice nada. Y ese enfado, contra el que luchamos, nos impide hacer nuestro trabajo.
Ese enfado “protagoniza” nuestro trabajo.
Eso es el aquí y ahora. Todo es parte de la escena y es el único apoyo para que se nos perciba convincentes. El azar es una fuente de espontaneidad y creatividad que está contenida en el aquí y ahora y puede potenciar nuestro trabajo.
Me gusta llegar sin ideas preconcebidas. Nunca ensayo, nunca visito el plató antes de ponerme a rodar. Llego por la mañana y en función de cómo me sienta esa mañana y cómo me pongo en ese momento, decido lo que voy a hacer. Hay que trabajar con lo que tienes hoy. La determinación es calidad pero la intransigencia es una equivocación.
Woody Allen
En el cine el público está dispuesto a hacer más fácil y calificado nuestro trabajo si no intentamos “engañarlo”. Si no “actuamos”, si no “ilustramos” ni nos “anticipamos”; y en lugar de ello, “estamos y reaccionamos”.
Sabemos que es más fácil decirlo que conseguirlo pero es como andar en bicicleta. Hay que “echar horas” para dominar el truco de no hacer más trucos. Y sentirnos vertiginosamente vulnerable y confiados.
Entendemos la seguridad como la actitud vital de quién no tiene cosas que ocultar y se muestra abierto, “desnudo” sin que esto le haga mella, sino todo lo contrario.
Es, esta desnudez la que nos hace poderosos. Mientras los demás se ocultan bajo sus prejuicios, tratando de mostrar una “imagen” distinta de lo que son. Nosotros usamos la energía y poder vital del momento para SER Y ESTAR Y REACCIONAR.
En el teatro un actor virtuoso y lejano, puede engañarnos con los sentimientos. No en un primer plano.
Escuchar en el amplio sentido de la palabra es la tarea del actor. Escuchar el ruido del motor de la cámara y el ruido de las sensaciones que este despierta dentro de él. La molestia o placer del silencio mientras estas rodando. Dejar entrar todo lo que ocurre, dejar que todo nos afecte. No luchar por hacer creer que no sentimos lo que sentimos o que sentimos lo que no sentimos.
La cámara quiere simplemente que estemos vivos ahí y que reaccionemos. Por eso el cine necesita cualidades extraordinarias, porque nada es tan difícil como estar donde estamos sintiendo lo que sentimos. Lo que nos atraviesa es siempre lo más verdadero, no hay porqué intentar abstraerse de ello.
Si escuchamos con nuestros cinco sentidos, el público no podrá evitar quedar atrapado.
Pero si lo que hacemos es especular mentalmente y recordar datos; de cómo se deben hacer las cosas; se nos verá actuando para conseguirlo. Y nos pondremos tensos, moveremos los pies, y balancearemos la cabeza para darle énfasis a nuestras palabras.
Se nos verá haciendo fuerza para convencerlos, que estamos sintiendo, lo que de antemano hemos decidido que “nuestro personaje” debía sentir. Y todo será solo una ilustración. Inteligible pero muerta.
“Actuar es un trabajo maravilloso, siempre y cuando no te pillen haciéndolo….”
Henry Fonda
Con la cámara no hay posibilidad ni NECESIDAD de mentir. La cámara se posiciona demasiado dentro de nosotros como para que lo podamos hacer. Además por muchas cosas que hayas escuchado, la emoción del espectador, no está generada por lo que “sienta” el actor, sino por la manipulación de sus planos, sonidos y encuadres, sobre un buen guión.
La cámara hará ver a cualquier espectador, lo que en la vida solo podría ver y oír un ojo entrenado.
Por lo que te propongo que antes de actuar frente a cámara lo mejor será aprender a vaciarte de todo el rollo “intelectual” y admitir e incrementar tu vulnerabilidad.

Ejercicio. Ponte en un lugar agradable con una música que no sea la que escuchas siempre. Infla un globo imaginario o real poniendo en él las cosas de las que te quieres desprender.
Las cosas de las que estás lleno. La afirmaciones acerca de ti mismo que te hacen rígido, yo soy bueno, yo soy malo, yo siempre, yo nunca, etc. Todo lo que te hace rígido.
Piensa que estamos hechos de líquido y nos comportamos como sólidos…
Pon dentro del globo imaginario o real las cosas que los demás dicen de ti y que te hacen rígido, tu nunca, tu siempre, tu toda la vida.
Pon luego toda la capacidad de postergar las decisiones, de postergar terminar de arreglar tu cuarto, de postergar llamar para decir perdón, para decir basta, para decir te quiero.
Pon dentro del globo todo tu desagradecimiento a las personas que te dan su apoyo y cariño sin que les des nada a cambio. Déjalo ir hacia el cielo y observa cómo se pierde. Haz esto todas las veces que lo necesites hasta sentirte dispuesto, vacío.
Actuar en todos los casos es transformar y transformase. Sobre esta afirmación producto de la experiencia y la reflexión procuramos “hacer visible lo invisible” como decía Sir Laurence Oliver. Ese es el trabajo del actor. Hacer visible lo invisible.