#0003-El mapa y el territorio

El mapa describe un bosquejo de lo que llamamos el territorio (la realidad). El mapa es una visión casi estadística de los hechos y del mundo, según el milenario pensamiento chino.

El mapa es casi imprescindible para iniciar un viaje, siempre y cuando tengamos una idea de a dónde queremos llegar.

El territorio es “la realidad” sobre la que operamos más allá de los mapas que tengamos de la misma. Este territorio es percibido por nuestros sentidos, que con sus límites, modifican y condicionan nuestra percepción de la misma.

Los pensadores orientales sostienen que, nosotros los occidentales, procuramos resolver todo con la razón.  El mismo Aristóteles le da a la razón un lugar protagónico.  Comprendemos el universo como una simple acumulación de causas y efectos. Sin dejar lugar al azar. Creyendo (para tranquilizarnos) que está todo bajo control de la mente. Cualquier certeza por más pequeña que sea nos da la sensación de que TODO esta bajo nuestro control… aunque esto sea una ilusión.
Chino básico por Carl. Gustav Jung

No conozco el idioma chino ni he estado nunca en China.

A fin de entender la cultura china es imperioso dejar de lado ciertos prejuicios de la mente occidental.

Es un hecho curioso que un pueblo tan bien dotado e inteligente como el chino no haya desarrollado nunca lo que nosotros llamamos ciencia.

Pero sucede que nuestra ciencia se basa en el principio de causalidad, y se considera que la causalidad es una verdad axiomática. No obstante, se está produciendo un gran cambio en nuestro punto de vista. Lo que no consiguió la Crítica de la Razón de Kant lo está logrando la física moderna.

Los axiomas de la causalidad se están conmoviendo hasta sus cimientos: sabemos ahora que lo que llamamos leyes naturales son verdades meramente estadísticas que deben necesariamente dejar al margen a las excepciones.

De esta forma, como la totalidad de los procesos se ven interferidos por el azar, encontrar una secuencia de hechos que se ajuste de manera absoluta a las leyes específicas constituiría una excepción y no una regla.                                                                                           

 
La física cuántica ha ido gestando nuevos supuestos científicos que contradicen las teorías más mecanicistas y algunas leyes de vieja física.
 

 

La única forma de dividir más las partículas subatómicas es hacerlas estallar juntas en procesos de colisión que conlleven altas energías.  De esta forma, podemos dividir la materia  una y otra vez, pero nunca obtendremos trozos más pequeños porque sólo creamos partículas de la energía contenida en el proceso. Las partículas  subatómicas son de este modo destructibles e indestructibles al mismo tiempo.

Como contraste al concepto mecánico occidental, el concepto oriental del mundo es “orgánico”. Para él mismo oriental, todas las cosas y sucesos percibidos por los sentidos están interrelacionadas, conectadas, y no son sino diferentes  aspectos o manifestaciones de la misma realidad definitiva. Nuestra tendencia a dividir el mundo percibido en cosas individuales y separadas, y a experimentarnos a nosotros mismos (sentirnos) como egos aislados en este mundo se ve como una ilusión que viene de nuestra mentalidad medidora y categórica.  Se le llama “avidya”, o ignorancia en la filosofía budista y se considera el estado de una mente confusa que ha de ser superado. Y casi podríamos afirmar que el “Yo” es un invento de occidente.

Frijot Capra

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